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CONSUELO CATAL�N CONVERSA CON: CONSUELO RUIZ VELEZ-FR�AS

Matrona Jubilada de la Beneficencia Municipal. Pionera de la Preparaci�n Psicoprofil�ctica del Dolor en el Parto (autora del primer libro publicado en Espa�a sobre este tema). Presidenta Honoraria de la Asociaci�n NACER EN CASA

Consuelo Ruiz Velez-Frías
 
<Consuelo Catalán>

Consuelo Ruiz V�lez-Fr�as naci� en Madrid en 1914. Sus padres eran una pareja joven, enamorada y culta, y el nacimiento de su primera hija les colm� de felicidad, a pesar de que, cuando do�a Ricarda, la comadrona que asisti� al parto dijo que el reci�n nacido era una ni�a se sentir�an defraudados porque esperaban un var�n que deb�a llamarse don Flori�n y estaba destinado a ser hombre de leyes, como su abuelo paterno, cuyo nombre iba a llevar.
Entonces los ni�os, sobre todo los primog�nitos, nac�an as�, en la intimidad del hogar, como un acontecimiento fausto y con un nombre y un destino ya preparados, con un abolengo que ser�a su carga y su escudo durante toda la vida y la posibilidad de presumir de haber sido deseados y programados, de que sus padres se hubieran casado con la intenci�n premeditada de que ellos nacieran y el benepl�cito de toda la familia.
Se supone que el disgusto de que hubiera nacido una ni�a se les pasar�a enseguida. Antes de inventarse la ecograf�a, siempre se ten�a otro nombre de reserva y, en vez de Flori�n, a la reci�n nacida la llamaron, Consuelo en homenaje a su abuela materna. La reci�n nacida era una ni�a preciosa que naci� con los ojos abiertos, decidida a ver y enterarse bien de todo cuanto pasara ante ellos.
Su madre muri� en 1921, despu�s de dos a�os de terrible enfermedad por no haber querido someterse a la extirpaci�n de la matriz, estando embarazada, pues tuvo que decidir entre la operaci�n o dejar que su hijo naciera, lo que significaba que el c�ncer que padec�a no ser�a operable ya.
Durante los ocho a�os que la tuvo, Consuelo recibi� de su madre la m�s completa educaci�n posible en la �poca, una cultura m�s amplia que el conjunto de las ni�as de su edad, un af�n de saber m�s, de perfeccionar sus conocimientos, de descubrir el porqu� y el para qu� de las cosas e incluso el c�mo se hace y el para qu� sirve, hasta donde fuera posible. Sin salir de casa, �nicamente instruida por su madre, a los tres a�os Consuelo sab�a leer, escribir, dibujar monigotes, realizar peque�as tareas dom�sticas y, sobre todo, sab�a razonar, enterarse de las cosas"


Es muy bonito el pasaje de "Cuentos b�blicos y Cuentos de la Di�spora" de Eugenia Calny donde Dios, para estar entretenido hace que el �ngel le lea pasajes de la Biblia y cuando le esta leyendo el relativo a la Creaci�n le cuenta la expulsi�n del Para�so etc y en concreto la frase " y parir�s con dolor". Dios le dice que eso el nunca lo dijo. El �ngel comprueba versiones y en todas aparece la frase. Error de imprenta, dice Dios. Yo dije: "Y parir�s con Pena". Con la pena normal y natural de separase de algo que se ha creado.

Consuelo Catalan: Es inconcebible que se haya aceptado, sin discusi�n, el dolor en el parto, no en toda la funci�n reproductora, sino en su �ltima etapa, la m�s breve y la m�s f�cil. El primer objetivo de la preparaci�n fue evitar que el parto fuera inevitablemente acompa�ado de dolor y, para ello, era imprescindible saber cual era el origen o los or�genes de ese dolor.

Consuelo Ruiz: A medida que han ido pasando los a�os, desde 1955, se han ido revisando esos motivos y �ltimamente se puede admitir otro motivo nuevo, a saber, la tendencia moderna de no considerar sino la parte f�sica, animal de la mujer.
En vez de aceptar, como causa primordial de dolor un reflejo condicionado existente en el c�rtex de la mujer, se trat� de fortalecer m�sculos que no juegan ning�n papel en el parto por medio de la gimnasia, de ampliar su pelvis �sea, de instruir sobre t�cnicas ex�ticas de relajaci�n, respiraci�n y toma de conciencia, rechazando, con un pretexto absurdo, la utilizaci�n de medios educativos para hacer desaparecer o, al menos debilitar el reflejo condicionado.

PREPARACI�N AL PARTO

En la sociedad en que vivimos la preparaci�n al parto ha pasado tambi�n por fases. En nuestro pa�s al principio se "ense�aba " a las mujeres a respirar, cuando deb�an hacerlo y que respiraci�n hacer en funci�n de la fase de parto. Despu�s apareci� la "moda " de la relajaci�n y el libre movimiento... Luego diversos m�todos : yoga, haptomom�a, etc...

C.C. �Qu� piensas tu de toda la cuesti�n de la preparaci�n? �Crees que actualmente esta desvirtuada y no sirve para lo que debiera servir? �Para qu� debe servir? �Crees que la preparaci�n ayuda a rescatar a cada mujer "aquello" que en el actual modo de vida, est� dormido y por el momento vital en el que estamos sentimos una necesidad de bucear y buscar, sin saber porque ya no tenemos las referencias maternales del grupo social?

C.R. La preparaci�n psicoprofil�ctica consiste en ense�ar a la embarazada qu� es el parto, su verdadera naturaleza de funci�n fisiol�gica y los medios de que la mujer dispone para ayudar a la Naturaleza a cumplir esa funci�n, con la id�ntica sencillez indolora con las que se realizan las otras funciones, partiendo de la base de que la embarazada sea una mujer sana, en edad f�rtil y normalmente constituida. Acaso el fondo de la cuesti�n, el cambiar el conocimiento exacto de la funci�n, por la gimnasia, fue debido a que no se cree a la mujer capaz de entender y de asimilar un conocimiento que el hombre ha reservado para �l, como en tiempos pasado se reservaba la cultura.

La preparaci�n est� totalmente desvirtuada, se refiere s�lo a la parte f�sica, descuidando el impacto psicol�gico que supone el parto para toda mujer. La �nica forma de contrarrestar la actual corriente "antiparto" tendente a asustar a la mujer, que presenta el parto como una grave enfermedad y un peligro inminente, apoyado en un mont�n de mentiras, sobre madres y beb�s que murieron, entre horribles tormentos, al dar a luz naturalmente, es el conocimiento exacto y demostrado, de la verdadera naturaleza de la funci�n.

La verdadera preparaci�n psicoprofil�ctica, consiste en unas lecciones que no s�lo describen amplia y sencillamente, el trabajo del embarazo, el parto, el puerperio, la lactancia y el cuidado y educaci�n del beb�.

De ella se puede esperar lo mismo que de la ense�anza de cualquier materia, dependiendo, el �xito o el fracaso de la atenci�n y el inter�s de la pareja y de la claridad y utilizaci�n de medios de apoyo que utilice el preparador.

Es posible que, a pesar de la preparaci�n, el reflejo condicionado subsista, que la propaganda antiparto del ambiente tenga m�s fuerza que todos los razonamientos, pero el parto no empeorar� por eso. Siempre quedar� un algo, un resquicio de lo que se intent� que la mujer aprendiera antes de ejecutar el dif�cil oficio de mam�.

El objeto de la preparaci�n no es cambiar la estructura del organismo de una mujer llegada a la edad adulta, desarrollada por completo, sino darle a conocer que su organismo est� preparado para la maternidad y que parir y criar un hijo es mucho m�s sencillo de lo que se cree

EL PARTO

C.C. Si s�lo un peque�o porcentaje de partos son patol�gico, y por lo tanto la mayor�a son normales y adem�s en mujeres sanas �Qu� piensas de la inducci�n de la mayor�a de los partos? �Qu� piensas de todos los protocolos habituales (episiotom�a, no de ambulaci�n, rasurado... ? �Qu� piensas de los �ndices de ces�reas, de instrumentalizaci�n? � Qu� piensas cuando oyes que la anestesia epidural es una de las demandas que las mujeres quieren para su parto?


C.R. Hace cincuenta a�os, las mujeres ten�an ya miedo al parto, del que sab�an que "ten�a que doler", pero tambi�n sab�an que una vez dilatada la matriz, lo peor del parto hab�a ya pasado y que no hab�a ning�n peligro, ni para ellas ni para el ni�o. El actual temor a parir un mostruo o un subnormal no exist�a y se aceptaba el parto con resignaci�n, esperando que la alegr�a que comunica el beb� fuera suficiente compensaci�n del mal rato pasado.

El parto, como cualquier funci�n del organismo, depende del cerebro, es dirigido y programado por �l. El cerebro act�a como un ordenador, en su disco duro est� grabado, desde la creaci�n, todo lo referente al funcionamiento del cuerpo. Creo que el cerebro, de alg�n modo, "sabe" cuando el feto ha alcanzado su total madurez, que ha empezado ya sus movimientos encaminados a hacer posible su salida y da las �rdenes oportunas para el parto, al organismo materno. Tengo la experiencia de que cuando se espera a que el parto se presente espont�neamente, cuando se deja obrar a las fuerzas naturales, la dilataci�n, el parto, el alumbramiento, el puerperio, incluso la lactancia, todo va mucho mejor, como si la Naturaleza supiera, sin ayuda alguna, lo que tiene que hacer. El parto no es, ni mucho menos, la funci�n fisiol�gica m�s dif�cil, ni siquiera es una funci�n, sino la etapa final de una larga e importante funci�n, la reproducci�n viv�para, totalmente indolora, siempre, hasta esa fase final.

Para que haya parto, tiene que haber, primero, un feto maduro que ser� el resultado de un largo proceso, tienen que existir y madurar los dos gametos, femenino y masculino, que den origen al cigoto, la primera c�lula del pre-embri�n. Para que el cigoto se forme, tiene que haberse verificado el coito, para que el cigoto anide, tiene que haberse preparado para ello, la mucosa uterina, transform�ndose en mucosa premenstrual, para que el pre-embri�n se transforme en embri�n, en feto y en feto maduro, tienen que formarse y funcionar, la ves�cula umbilical, el alantoides y la placenta, fases todas que se verifican normal y espont�neamente, en la inmensa mayor�a de los casos. Una vez que el feto est� maduro, �l mismo se coloca de forma que permita su salida, no con uno, sino con varios movimientos sucesivos.

La dilataci�n del orificio cervical se realiza por varias etapas, reblandecimiento del cuello, formaci�n del segmento inferior, desaparici�n del cuello, del tap�n mucoso, por fin, dilataci�n del orificio uterino, que se produce de manera espont�nea y r�tmica, gracias al trabajo de tres agentes, la fibra longitudinal uterina, el peso del huevo, gravitando sobre el orificio cervical y parte de la bolsa, llena de l�quido que se insin�a dentro del orificio.

La parturienta, naturalmente, no tiene la menor idea de estas fases, que se suceden una a otra ni que, entre ellas, suele haber un per�odo de descanso m�s o menos largo, dependiente de varios factores. Una vez que el orificio uterino est� completamente dilatado, la bolsa se rompe espont�neamente, porque el esfuerzo realizado, contribuyendo a la dilataci�n, ha adelgazado considerablemente sus membranas y el feto suele caer a la vagina por su propio peso, si la mujer no est� acostada y con ello empieza el per�odo expulsivo, al que precede la transformaci�n del perin� en el canal blando del parto, que desempe�a un importante papel en el parto, y que suele ser ignorado.

Si la embarazada sabe c�mo se realiza el parto y no espera que el feto salga disparado como un cohete, el parto ser� natural, lo suficientemente largo y escalonado como para no causar lesi�n ni da�o, ni al feto ni a la madre. La parturienta tendr� la paciencia necesaria para soportar, tanto los per�odos de trabajo, como los de descanso, m�s dif�ciles de aguantar porque se interpretan, err�neamente, como que "el parto se ha parado", cuando s�lo est� descansando.

Creo, honestamente que, por mucho que un ser humano sepa, siempre habr� algo que ignore y que la Naturaleza, pese a sus aparentes contradicciones , sabe mucho m�s. Me maravilla que haya gentes tan osadas que se atrevan a enmendar la plana a lo natural, a sustituir, empeor�ndola, una funci�n, maravillosa, exacta, al mil�metro y al segundo, en la que todo est� programado y prevenido, que una vez finalizada, el organismo recupera, autom�ticamente, su estado anterior, pues la pu�rpera queda, despu�s de un parto natural, como si no hubiera parido.

Toda intervenci�n en una funci�n natural es, por lo menos, innecesaria y muy frecuentemente perjudicial. El organismo tiene sus propias leyes, sus procedimientos especiales para llevar a cabo las funciones vitales, por muy complicadas que parezcan, las ejecuta con total naturalidad. Todas y cada una de las funciones fisiol�gicas del organismo son maravillosas, no es posible "mejorarlas", lo mejor es dejarlas como est�n.

Tanto la episiotom�a como la anestesia epidural no mejoran el parto, ni siquiera lo abrevian porque la episiotom�a deber�a ser suturada reconstruyendo los musculos perineales, uno a uno, tarea en la que un verdadero especialista necesitar�a su debido tiempo y la anestesia epidural se emplea cuando ya hay suficiente dilataci�n, es decir, cuando ya ha pasado lo peor del parto, hay que provocar artificialmente las contracciones y sacar al feto quir�rgicamente o mediante la brutal maniobra de Kristeller.


COMADRONAS

C.C. Recuperando la acepci�n de "mujeres sabias" � Piensas que las comadronas deben tener una formaci�n diferente para poder recuperar el oficio en los t�rminos de salud ? �Piensas que la independencia de las comadronas tiene que ver con la convicci�n y la practica del parto natural?


C.R. Parece mentira que la poblaci�n espa�ola haya acogido pasivamente, sin protestas, la supresi�n de la carrera y de la profesi�n de matrona que dos dictaduras militares respetaron. Que los llamados matronos y matronas no tengan la suficiente preparaci�n t�cnica, que �sta se reduzca a obedecer a un"Protocolo", una serie de maniobras, drogas e intervenciones encaminadas a desvirtuar la funci�n natural.

Yo invitar�a a los obstetras de buena fe a dejar parir a la mujer, sin ninguna intervenci�n y a observar de que forma se desarrolla el parto naturalmente. Se sorprender�an de ver lo bien programado que est� todo.

Las comadronas son tambi�n mujeres, tambi�n les afecta la ofensiva propagandistica antiparto. Suelen tener el mismo miedo o m�s que la parturienta, suelen ignorar las reglas de oro de la obstetricia, no conocen importantes resultados a los que eminentes profesores llegaron, despu�s de concienzudos estudios, su error ha consistido en obedecer �rdenes de la "ciencia", como si fueran soldados, en no pensar, en no discutir, en ejecutar maniobras y manejar aparatos y drogas fan�ticamente, sin explicaci�n, sin convencimiento, no porque sepan eso sea lo mejor, sino porque as� est� mandado.

Lo mismo la mujer que pare, que la matrona que la asiste, han perdido su feminidad, o est�n en peligro de hacerlo, ya no tienen la curiosidad, el don de querer investigar el c�mo y el por qu� de las cosas, van camino de convertirse en robots, de que el parto se reduzca a un acto mec�nico, rutinario, despojado de toda carga sentimental, sin reminiscencias de algo esot�rico, m�gico, sin explicaci�n posible.

Pocas matronas han aceptado que la mujer embarazada conozca, con todo detalle, la evoluci�n del embarazo y del parto, como si tal conocimiento rebajase la categor�a de la matrona como si ante una mujer que sepa, ellas no pudieran seguir presumiendo de "mujeres sabias", pero incapaces de dar explicaciones porque a ellas no se las dieron, porque en el hospital les han ense�ado lo que hay que hacer para que una mujer d� a luz, pero no por qu� y para qu� se hace, ni en que bases y en qu� conocimientos se apoya cada maniobra, cada instrumento o cada droga. Es desconsolador comprobar que la mujer cada vez sabe menos, cada vez hace m�s cosas "porque s�", porque le han dicho que as� se hace, sin la m�s remota idea de porqu� se hace, precisamente, as�.

La Historia est� llena de actividades variad�simas de la mujer, de multitud de profesiones, especialmente femeninas, hoy desaparecidas. La liberaci�n de la mujer del nuevo milenio ha consistido en poder ocupar puestos de hombre, en disputarle al var�n la realizaci�n de trabajos que tradicionalmente fueron suyos y, como contrapartida, el var�n invadi� a tambor batiente,reductos reservados a la mujer, especialmente concebidos para ella.

Las mujeres del Siglo XXI, saben cosas y ocupan puestos que a las mujeres de anta�o, les estaban vedados, pero han dejado de saber hacer muchas, much�simas cosas y,entre ellas, han olvidado que el papel principal de una mujer es ser madre, que la clave del porvenir de la Humanidad est� en sus manos, que se les autoriza a hacer todo lo que haga un hombre, pero que lo m�s importante de cuanto una mujer hace, es parir, amamantar y educar hijos, cosa que no puede hacer ning�n var�n, y esta tarea se la est�n dejando quitar, con el se�uelo de ser iguales que el hombre, como si en esa utop�a consistiera la felicidad.




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