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ALTERACIONES MUSCULO-ESQUELÉTICAS DE LAS CAMARERAS DE PISO

<Mª Angeles Niño López>

Las nuevas formas de organización del trabajo han hecho surgir nuevas afecciones que han sido agrupadas bajo la denominación de alteraciones músculo esqueléticas, es decir alteraciones que afectan tanto a la zona lumbar como a los tendones, músculos, nervios y articulaciones de los miembros superiores y cuello, y que pueden provocar tanto sintomatología crónica como afecciones agudas que, a veces, exigen, incluso, intervenciones quirúrgicas. Estas afecciones se han convertido, hoy en día, en uno de los primeros motivos de baja laboral, estando presentes en todos los ámbitos laborales, y significativamente en la hostelería. A pesar de la elevada incidencia de bajas en el sector de la hostelería de Baleares provocadas por este motivo, sigue sin relacionarse la aparición de estos daños con determinadas formas de organizar el trabajo.

El origen multifactorial de estas alteraciones, su carácter acumulativo en el tiempo, agravado por el hecho de que la organización del trabajo suele ser, en general, poco tenido en cuenta a la hora de hacer prevención, dificultan el diagnóstico y la posterior intervención.

El trabajo que realizan a diario las camareras de piso en Baleares, requiere un tratamiento específico tanto organizativo como preventivo que dé una respuesta satisfactoria a sus condiciones de trabajo y a los daños ocasionados por las mismas. Para ello, es importante evidenciar tres aspectos:

1.- Las condiciones laborales del colectivo de las camareras de piso, sobre todo en cuanto al elevado número de habitaciones que tienen que atender y a los altos ritmos de trabajo.

2.- La sintomatología de este colectivo y su relación directa con las condiciones de trabajo y la falta de medidas preventivas.

3.-La necesidad de información y formación como instrumentos para sensibilizar a todos los implicados en la prevención.

Objetivos

Existen una serie de condiciones de trabajo que, lenta pero progresivamente, van minando la salud de los trabajadores y trabajadoras provocando daños que, en sectores como el de la hostelería, se manifiestan en un alto grado de absentismo y en un deterioro generalizado de la salud. La práctica de posturas forzadas, manipulación de cargas y movimientos repetitivos pueden generar efectos que, agrupados, son conocidos como alteraciones músculoesqueléticas de la espalda y miembros superiores (a partir de ahora AMES).

El puesto de trabajo de las camareras de piso es uno de los más representativos de este tipo de patologías que, siguen sin relacionarse con las condiciones de trabajo; esta desconexión es lo que hace que, en general, junto a una falta de formación e información de los empresarios, servicios de prevención, mutuas, administración, o de los propios trabajadores y delegados de prevención, se valore esta patología como enfermedad común. Ante la elevada incidencia de bajas laborales de las camareras de piso en Baleares se plantea la necesidad de realizar alguna acción formativa y preventiva que permitiera conocer de cerca qué estaba pasando y qué soluciones se podían dar al respecto. Esta experiencia, en la cual he participado impartiendo formación a las trabajadoras y recogiendo sus puntos de vista acerca de sus condiciones de trabajo, se pudo llevar a cabo dada la actitud receptiva de una empresa hotelera y de su servicio de prevención a las propuestas de los trabajadores y sus representantes. En fechas comprendidas entre el año 98 y el 2000 se formaron aproximadamente cien trabajadoras, de las cuales un 95% eran camareras de piso y el resto gobernantas y mandos intermedios.

Con esta campaña de formación se sentaron las bases de la prevención y, a partir de una metodología interactiva y participativa, las trabajadoras pudieron identificar los riesgos de sus puestos de trabajo, aportando, en ocasiones, soluciones y propuestas que posteriormente se trataron en los respectivos comités de seguridad y salud. Las informaciones recogidas en esta campaña de formación permitió no sólo hacer una valoración del impacto de dicha formación, sino establecer una relación entre las condiciones de trabajo y los daños físicos y psicológicos para, con posterioridad, proponer evaluaciones específicas de riesgos e incidir en la organización del trabajo.

¿Qué son?

Son lesiones de los músculos, huesos, tendones, y nervios que suelen afectar a las manos, muñecas, codos y espalda. También pueden afectar a las rodillas y los pies si el trabajo conlleva determinadas posturas forzadas, como estar mucho tiempo arrodillado o agachado, etc.

Estas alteraciones pueden generar múltiples de problemas de salud entre los que caben destacar: tendinitis, síndrome del tunel carpiano, lumbalgias, ciática, hernia discal y otras muchas. Al contrario que la fatiga, las Ames no desaparecen, sino que son progresivas y pueden llegar a cronificarse.

En muchas ocasiones, este tipo de lesiones somáticas se presentan acompañadas de síntomas psíquicos (ansiedad, depresión, etc), debido a que el trabajo es monótono, repetitivo y suele requerir un ritmo elevado, todo lo cual puede precipitar en situaciones de estrés.

La incapacidad que conllevan estas alteraciones, no sólo para el trabajo sino también para otras actividades, supone situaciones de verdadera angustia que agravan el dolor físico y ocasionan daños o alteraciones psíquicas.

Síntomas

Suelen manifestarse como dolor en los músculos y articulaciones, pérdida de fuerza y sensibilidad en las manos, hormigueo en los brazos, que aparecen durante el desarrollo de las tareas, pero que pueden agravarse gradualmente hasta cronificarse, por lo que podemos hablar de tres etapas:

En una primera etapa, que puede durar semanas o meses, aparece, durante el trabajo, dolor y fatiga en las muñecas, brazos, hombros y cuello, que mejora y se mitiga a lo largo de la noche y el descanso semanal.

En una segunda etapa, el dolor empieza más pronto a lo largo del día y persiste más tiempo durante la noche, llegando a interrumpir el sueño. Esta fase puede durar varios meses.

En una tercera fase el dolor, la fatiga, y la debilidad persisten aún cuando se haya descansado, sufriendo alteraciones del sueño y dificultades para hacer las tareas normales tanto de la casa como del trabajo. Esta fase puede durar meses o años, y algunas personas no se recuperan totalmente.

Causas

En la aparición de las lesiones músculo-esqueléticas inciden diversas causas, algunas suficientemente conocidas y otras de difícil catalogación. En general, el origen de estas alteraciones está relacionado con:

a) La organización del trabajo: ritmo e intensidad del trabajo, falta de descansos y pausas, trabajo monótono y repetitivo.

b) Las tareas y los equipos: posturas forzadas e incómodas, movimientos repetitivos, manipulación de cargas. Inadecuado diseño de los puestos y herramientas de trabajo, sin tener en cuenta las características de las personas, inadecuado diseño del mobiliario. Espacio insuficiente.

c) Factores medioambientales: ruido, iluminación, vibración, temperaturas inadecuadas.

d) Individuales: falta de formación sobre los riesgos presentes en el puesto de trabajo; desinformación sobre el uso adecuado de los equipos de trabajo y de protección; falta de adecuación entre los equipos de trabajo y las características físicas de la persona.

¿Cómo evitarlas?

Organización del trabajo

- Identificar y eliminar factores de riesgo del centro de trabajo
- Reducir los ritmos y la intensidad de trabajo
- Introducir variedad de tareas
- Introducir micropausas
- Introducir descansos
- Rotación de tareas
- Suprimir las primas y pluses de productividad

Diseño de tareas, equipos y herramientas

- Evitar o disminuir los movimientos forzados
- Reducir los movimientos repetitivos
- Seleccionar equipos y herramientas adecuados tanto para la tarea como para la persona, y tener un buen mantenimiento de los mismos
- Mobiliario ergonómico y espacios adecuados

Medioambiente de trabajo

- Iluminación adecuada a cada puesto de trabajo
- Controlar el nivel de ruido
- Adecuar niveles de ventilación y temperatura
- Lugares adecuados para el descanso

Factores personales

- Dar información y formación sobre las causas y soluciones para evitar las lesiones músculo esqueléticas
- Adaptar el mobiliario y los equipos a las características de las personas
- Utilizar los equipos de protección individual como última medida de prevención y adaptados a las características de la persona

*Textos del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo y del Departamento Confederal de Salud Laboral de CC.OO.

La Encuesta: los resultados

Las enfermedades y lesiones músculoesqueléticas representan uno de los problemas de salud más importantes de las camareras de piso, un sector completamente feminizado donde el 100% del colectivo son mujeres con edades comprendidas entre los 19 y los 44 años . Las tareas que habitualmente desempeñan las trabajadoras de piso, recogidas en el convenio colectivo, están relacionadas con la limpieza de habitaciones, baños y pasillos, así como mantener en orden los objetos existentes en la mismos. Estas tareas que han de realizar en un número determinado de habitaciones, unas 23 por trabajadora y jornada, y turnos continuados, implican un continuo ejerccio de movimientos repetitivos, manipulaCión de cargas y posturas forzadas, que conllevan una serie de molestias y daños, y otros riesgos debido a la deficiente prevención existente en los puestos de trabajo.

• Un 82% de las encuestadas manifiestan tener molestias y dolor en el cuello, un 87%, en la espalda, y un 65%, en los hombros, lo que pone de manifiesto que estas trabajadoras en un alto porcentaje padecen los síntomas relacionados con las alteraciones músculoesqueléticas relacionadas con los movimientos repetitivos, la manipulación de cargas y las posturas forzadas.

• Un 93% de las trabajadoras realizan tareas que requieren movimientos repetitivos de muñecas y manos, un 90% de brazos y manos, un 84% posturas forzadas de muñecas y manos y un 81% manipulación y arrastre de cargas. A pesar de estos datos, existe una falta de reconocimiento de la relación entre los daños manifestados y las condiciones de trabajo, entre otras razones, porque este tipo de lesiones no están catalogadas como enfermedades profesionales, tienen un origen multifactorial y se cronifican con el tiempo, cuando las soluciones o medidas de carácter preventivo no abordan esta problemática desde el origen, es decir desde la concepción, organización y diseño de los puestos de trabajo.

• Un 72% de las trabajadoras han tenido problemas relacionados con estas alteraciones en losúltimos doce meses y un 73% en los últimos 7 días previos a la encuesta, lo que demuestra el carácter acumulativo de este tipo de lesiones, así como la falta de intervención preventiva en las mismas.

• La continua reincidencia de las camareras en acudir tanto a los servicios médicos de la mutua (64%), como a los del Insalud (53%) pone de manifiesto el tratamiento que se da a estas lesiones, como si se tratase de una enfermedad común, ajena a cualquier relación con el ámbito laboral.

• Un 64% de las encuestadas manifiestan que el diseño de las herramientas de trabajo no les permite realizar su trabajo sin necesidad de realizar movimientos o posturas forzadas de los brazos, un 60% de manos y muñecas y un 60% de cuello, hecho que agrava sus problemas de salud.

• Un 91% de las trabajadoras entiende que los ritmos de trabajo son demasiado rápidos, sin posibilidad de establecer micropausas o descansos que permitan disminuir la fatiga muscular. Este hecho se ve agravado por la exigencia de un mínimo de habitaciones que las camareras han de limpiar diariamente, que no suele disminuir, en general, en función del estado de las habitaciones, según la respuesta de un 72% de las trabajadoras.

• Dentro de la organización del trabajo, se destacan los datos recogidos sobre condiciones medio ambientales: 70% de las camareras señalan inadecuada iluminación e inadecuadas temperaturas en verano e invierno.

• Por último destacar que, a pesar de los daños señalados por las trabajadoras, la falta de prevención, algunos aspectos de la organización del trabajo, los ritmos de trabajo y el número de habitaciones, 76% las encuestadas dicen estar satisfechas con su entorno laboral y relaciones jerárquicas correctas.

Entrevistas

Como complemento a esta información recogida de las trabajadoras, y con el objetivo de contrastar los datos obtenidos en estas se llevó a cabo una entrevista con diez camareras representativas de diferentes sectores hoteleros, cuyas conclusiones fueron las siguientes:

1. Todas destacan el hecho de estar acostumbradas a padecer habitualmente molestias y dolor, sobre todo, en la parte alta de la espalda y en la zona lumbar. Lo ven como algo "normal", hecho que es corroborado tanto por los médicos de las mutuas como los del Insalud, los cuales valoran los daños, en general, como algo inherente a los puestos de trabajo, con tendencia a cronificarse y dejar importantes secuelas.

2. Tres trabajadoras relatan que ya se habían operado y el resto manifestaba que con regularidad suelen acudir al médico, aunque dicen ser conscientes que están unos días de baja, toman la medicación prescrita, y al cabo de poco tiempo, reaparecen los síntomas de dolor.

3. Con respecto al tema de la baja, manifiestan que los médicos del Insalud tienen una actitud mucho más receptiva que los de la mutua, respetando el proceso que dura la incapacidad y permitiendo, de este modo, que se alivie su situación de salud. En el caso de las mutuas, dicen sentirse controladas y presionadas no sólo física sino psicológicamente, hecho que, según ellas, agrava su situación. Piensan que los médicos de las mutuas suelen estar más pendientes de la duración de la baja, que del propio daño que ellas padecen.

4. Destacan que están muy "atrasadas" en cuanto al diseño de las herramientas y equipos que utilizan habitualmente en sus puestos de trabajo, y que no tienen nada que ver con equipos cómodos, fáciles de manejar y que eviten riesgos, lo que dificulta más su trabajo y les obliga a hacer más sobreesfuerzos y posturas forzadas en el desarrollo de sus tareas. Comentan, también, que es bastante habitual que lleven una excesiva carga en los carritos que emplean, y que, en ocasiones, entre ropa y productos, pueden arrastrar hasta 50 kilos. En este mismo sentido, todas destacan la dificultad que tienen para poder mover los muebles de las habitaciones, que suelen ser muy grandes, teniendo en cuenta el espacio de las habitaciones, y muy pesados.

5. Manifiestan que su principal problema son los ritmos de trabajo y el excesivo número de habitaciones que, a diario, tienen que limpiar. No tienen posibilidad de intervenir a la hora de fijar los ritmos de trabajo, ni descansos o pausas que les permitan tener una jornada "más llevadera".

6. En cuanto a las relaciones con las compañeras suelen ser buenas, y, en general se ayudan entre ellas para sacar el trabajo adelante. Con los mandos intermedios y directivos, valoran las relaciones como excesivamente jerarquizadas y presididas por el miedo, que se traduce en una situación de descontento e insatisfacción general en el trabajo.

Conclusiones

La formación que se impartió a las camareras de piso, supuso, sobre todo, la participación de las mismas en la organización y planificación de la prevención de los diferentes hoteles, aportando éstas en los cursos propuestas y soluciones que, posteriormente, eran recogidas por los delegados/as para llevarlas a los comités de seguridad y salud de cada hotel.

A partir de estas propuestas, algunas de las cuales enumeramos a continuación, se puede confeccionar un manual de buenas prácticas que posibilite desarrollar el trabajo de una forma más saludable.

Propuestas de las trabajadoras

• Sustitución de los guantes de goma, que utilizan las trabajadoras por otros de manejo más fácil y que no generen problemas para la piel.

• Adaptación de los equipos de trabajo a las características de los trabajadores/as. En la política de compras de los hoteles, se están teniendo en cuenta los criterios ergonómicos en la compra de aspiradoras nuevas, en la sustitución de los canapés por otros de bases tapizadas y más ligeras, en la gradual sustitución de los palos de las fregonas por otros regulables y adaptables, etc.

• Camas adaptadas a las características de las trabajadoras, que les permite realizar esta tarea con mucho menos esfuerzo de la zona lumbar, mediante un sistema mecánico para elevar y desplazar la cama, evitando así el esfuerzo de moverla, arrastrarla o levantarla.

Situación actual

En la actualidad, este trabajo, comenzado hace más de un año, se está traduciendo en una mejora gradual de las condiciones de trabajo de las camareras recogiendo e integrando por parte de la empresa y del servicio de prevención, las propuestas y medidas preventivas aportadas por las trabajadoras así como aquellas otras que el propio servicio de prevención considera necesarias para dicha mejora.

Mª Angeles Niño López
Subdirectora Instituto de Salud Laboral de las Islas Baleares.
e-mail: manino@dgslab

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