Mujeres y Salud - Revista de comunicación cientifica para mujeres
INICIO > Sumario MyS 17 > Artículos

Bajar el artículo
en pdf
¡Ya estoy de vuelta! Crónica de un viaje desde la medicina oficial a la quiropráctica
Mª José Hernandez Ortiz, Médica, patóloga y quiropráctica

Hace ahora más de tres años esta revista me publicó un artículo titulado ¡Me quiero ir!!!!!. Era como el grito que expresaba toda la decepción que sentía, después de más de 20 años dedicada al estudio y la práctica de la medicina tradicional en nuestro mundo occidental. En ese artículo, explicando el origen de mi decepción, pasaba revista a las nuevas tendencias de nuestra medicina, al trabajo de los médicos y a la poca salud de la gente teniendo en cuenta lo caro del gasto sanitario en nuestro país. Recuerdo que decía que intuía que la verdadera revolución sanitaria no estaba allí, en los fármacos o en las nuevas tecnologías. Era sólo una intuición y aún no sabía que estaba a punto de pegar el salto a través del espejo de Alicia y sus maravillas.

Hace tres años emprendí la aventura de estudiar de nuevo una carrera sanitaria, la carrera de quiropráctica, en la Life Chiropractic College West en Hayward, California. Es fácil entender que irse con 45 años a estudiar de nuevo en la universidad, pero esta vez en inglés, no es una empresa fácil. También, que renunciar a un sueldo mensual para vivir la precariedad del estudiante no resulta siempre estupendo y, por último, que dar clases en otra lengua, a tus propios compañeros de universidad, es algo descabellado, que sin embargo tuve que hacer trimestre tras trimestre, desde el primero hasta el último, para compensar la beca que la escuela me había dado.

En ese otro mundo de detrás del espejo, encontré las mismas maravillas que Alicia; un mundo cuya existencia desconocía. Cada segundo de estos dos años y medio intensivos en montones de clases, innumerables seminarios e infinitas lecturas, bebí una nueva forma de entender la salud y también la vida. Aprendí la importancia de palabras como amor, cuidado y autocuidado, energía y la importancia de la sanación espiritual para la sanación física, cosas que nadie ni siquiera había mencionado en la escuela de medicina.

Lo primero que me impresionó de la quiropráctica, antes incluso de plantearme cambiar de profesión, es que se definiera como ”una ciencia, un arte y una filosofía”, quizá porque era la falta de filosofía de nuestro sistema la que me producía tal decepción. Estudié a fondo esta filosofía y entendí que estaba basada en una corriente vitalista frente a la visión mecanicista newtoniana de nuestra medicina tradicional. La corriente vitalista considera al cuerpo humano dotado desde el nacimiento de todo lo necesario para su adaptación a la vida. El ser humano no es algo diferente, sino parte del plan universal de la vida, incluído como un elemento más en el cosmos y sometido a sus leyes. El cuerpo humano que parte de dos células iniciales, tiene todos los programas genéticos que necesita para crecer y auto repararse en cada proceso y para adaptarse perfectamente a todas las exigencias que la vida le plantee. De acuerdo con esta filosofía, la naturaleza, el cuerpo humano, no necesita que se le ayude aportándole píldoras, todo lo que necesita es que no interfieran en la manera de resolver sus procesos. También, que la enfermedad en general, no es algo que le ocurra a alguien por casualidad, sino un proceso que comenzó mucho antes de que aparecieran los síntomas y que está relacionado con estilos de vida y otras áreas del ser humano, nunca reconocidas por la medicina tradicional, como el espíritu y el sistema energético del cuerpo.

Y mientras la medicina tradicional, sin haber resuelto nunca el por qué de la enfermedad crónica, busca denodadamente la desaparición de los síntomas, la filosofía quiropráctica sólo considera al síntoma como una indicación de que el cuerpo, en su totalidad, ha dejado de funcionar correctamente y no busca la desaparición del síntoma, sino que el cuerpo recupere su funcionamiento y poder expresar así su máxima potencialidad como ser humano.

Fue entonces cuando entendí la diferencia fundamental entre medicina y quiropráctica. La primera es una ciencia de la enfermedad, la enfermedad detallada, pormenorizada, erigida en la protagonista frente al individuo, llamada con una jerga que ya tiene lugar propio en la cultura popular. La quiropráctica es sin embargo, una ciencia de la salud. Mantener la salud del individuo es el objetivo primordial ya que esta salud traerá la plenitud, la perfecta adaptación del individuo en su entorno, incluyendo la recuperación de la enfermedad y de todas las circunstancias ligadas a la realidad del ser humano.

La quiropráctica trabaja con la columna vertebral, la cual aloja una parte importante del sistema nervioso central, la médula espinal. Además del demostrado papel de la quiropráctica en los problemas mecánicos y dolorosos de la espalda, para los cuales el tratamiento de la medicina tradicional ha fracasado completamente, es fácil imaginar la importancia de la buena salud de la columna vertebral en el funcionamiento del resto del organismo, ya que existen complejas razones neurológicas que explican como el buen funcionamiento de todas las articulaciones del esqueleto son de importancia capital en el funcionamiento del cerebro. De aquí la demanda de reconocimiento en nuestro país de la quiropráctica como una ciencia natural de la salud, basada en el buen funcionamiento de la columna vertebral.

Ha sido maravilloso volver y encontrar que todo lo que he aprendido estos años está en perfecta armonía con la corriente de pensamiento que ya imparablemente permea nuestra sociedad. Que mi intuición y mi grito no era solo mío, sin que hay miles de mujeres y hombres hablando de medicalización, de medicina paternalista, del fiasco de la ciencia, de nuestro poder sobre nuestro cuerpo y nuestra salud, de entrar en contacto con nosotros mismos, del desarrollo espiritual y de la importancia de la sanación espiritual frente a las sanación del órgano o del cuerpo. Por eso ahora asumo con profunda alegría y satisfacción el papel cósmico de mediadora del amor y salud que la inteligencia de la naturaleza ha preparado para nosotra/os y trabajo para extender esta nueva visión de la vida en plena armonía con la naturaleza.

 

Volver al Sumario nº 17