¿Postura favorita? Mirando hacia atrás sin ira, me veo a mi misma en flashes de movidas sexuales y resumo.
A los 16 descubrí que sentarme encima de mi chico, toda vestida, eso si, me ponía a mil. Y vaya si me sentaba! En el salón del club de tenis, en la cocina de mi casa, en el comedor de la suya. Luego, sin ropa, con penetración o sin ella, fui directa al grano siempre que he podido.
No con todos los amantes, pero con alguno selecto, también la postura a cuatro patas, penetrada desde atrás, me ha dado grandes resultados.
Claro que en las fases de enamoramiento mirarse a los ojos fijamente ha dado lugar a las más eróticas experiencias.
Y que después de mirarlo a los ojos, siempre te puedes sentar... o agachar.
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