Mujeres y Salud - Revista de comunicación cientifica para mujeres
 
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¿Por qué mis amigas no hablan de sexo?
Rita Gavarró, Profesora de Secundaria

No entiendo por qué: yo quiero, saco el tema siempre que puedo, pero me cuesta encontrar interlocutoras y más, si estamos en grupo. Tengo cuarenta y tantos, vivo en una gran ciudad, corre el año 2006, he estado en muchos grupos de mujeres, y sobretodo, tengo muchas amigas, inteligentes, simpáticas y muy abiertas. Pero, ah, cuando llega el momento de hablar de nuestra sexualidad, de bajar al cuerpo, en sus pequeñas cosas, qué me gusta, qué no, qué he descubierto, qué problemas tengo, mira que me ha pasado, el tema se corta. Como mucho, vagina, clítoris, tengo orgasmos, no tengo, tengo relaciones , o, ya ni me acuerdo cómo es.

¿Somos nosotras? ¿Es mi generación? ¿Es esta cultura? ¿Es el estrés que llevamos encima? ¿son nuestros hombres o nuestras mujeres que no nos ponen?. Las hay que tienen relación estable de hace años (quizás están aburridas y prefieren no hablar de ello), las hay que están sin pareja desde hace años (¿se tocan? ¿las tocan?), las hay que tienen relaciones de vez en cuando (¿inconfesables?). ¿Por qué tanta vergüenza?. ¿No hemos evolucionado tanto en tantos aspectos? Tantos cursos y talleres y luego nos morimos de vergüenza si tenemos que decir lo mucho que nos gusta que nos hagan no sé qué en el culo.

Ya sé que no lo hemos aprendido de chiquititas. Que nuestras madres (a dónde vamos a ir a parar) no mentaban el tema ni por el forro y que no era la conversación habitual de las comidas de los domingos. Si hasta creo que yo no he visto nunca a mi madre desnuda, cómo voy luego a entrar en detalles de mi vida sexual. Pero haber estado ahí me ha empujado a buscarme la vida, a espabilar, a conectar con mi deseo (¿dónde estaba?), probando, investigando, preguntando, leyendo......y ahí sigo, retebuscando, experimentando, a ratos sola, a ratos acompañada.

He visto una serie de televisión “Sexo en Nueva York” que aunque tiene mucha crítica posible, tiene algo que me ponía los dientes largos: son cuatro amigas que hablan de sexo sin tapujos, cada una a su manera, con todas las palabras, se asombran, se aconsejan, aprenden las unas de las otras y se ríen mucho, muchísimo. Cada una con su visión de la vida, de las relaciones y de la sexualidad. Y además, lo hablan en cualquier espacio público, la calle , el restaurante, el taxi. Y no les importa que las miren.

El otro día me vi con mis amigas de la escuela, las que íbamos a la escuela de pequeñas. En un momento de la conversación yo dije que me gustaba hablar de mi sexualidad y les pregunté si a ellas le pasaba lo mismo. Me miraron con condescendencia, y sin más preámbulos, cambiaron de tema.

Lo vieron como una excentricidad mía. Yo me quedé pensando: ¿qué sucede? ¿no les interesa? ¿tienen cubiertas sus necesidades? ¿Ya no practican? ¿Tienen sexo perfecto? ¿Tienen su deseo vivo y sano? ¿O me he quedado yo en mis quince años queriendo siempre hablar de lo mismo?

¿Qué nos pasa? A estas alturas ya me he dado cuenta de que vivimos en una sociedad que además de patriarcal, es puritana, pacata, tímida y pudorosa. Y las mujeres debemos ser las que más hemos mamado eso. Yo misma, ahora, firmando con mi nombre, me cuesta contaros de mi vida sexual.....pero entre mis iguales....sí, quiero!!!

 

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