Mujeres y Salud - Revista de comunicación cientifica para mujeres
 
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Tres cosas hay en la vida
Elisa Serra Rull

Como nos dice la canción: salud, dinero y amor; y que si andamos faltados de ellas, estamos bastante, como decimos en catalán, ”fotuts” y en el castellano que yo conozca,”jodidos” (que ilustrada y que nivel tiene la chica ¿no?). Bien, espero que mi sentido del humor no moleste demasiado pues para escribir de sexo desde la propia experiencia he utilizado mi estilo habitual de escribir.
Por extraño que parezca para mí las tres palabrejas tienen alguna cosa que ver con el sexoooo…, pues de esto vamos a contarnos cosas ¿no?

La primera persona que escuché y nos habló de sexo en mi adolescencia, a los 17 añitos, fue en C.O.U. Llegué al Instituto después de hacer la básica y el bachiller, hoy me río, de ciencias (si, si con matemáticas, física y química y todo eso), en un colegio de monjas, de uniforme triste y aburrido, misa y, sobretodo, confesión de los pecados (con la mínima penitencia para poder volver a pecar). Llegué al Insti y pim, pam, ¡fuego!, fui elegida por mis compañeros delegada de curso, empezaron las reivindicaciones, asambleas, manifestaciones, detenciones. Los interrogatorios por parte de un inspector de policía muy conocido en la ciudad por las timbas de cartas en las que participaba y las putas (con todo mi respeto hacia ellas). Durante los interrogatorios el, llamémosle, señor, iba diciendo cosas como: “¿Sabemos que las rojas os acostáis con todos?” o “Tienes que ser buena porque tu padre puede perder su trabajo”, y te iba tocando la cabeza y el cabello de manera un poco, diríamos ...cómo lo diríamos, sospechosa.

Bien, volviendo a la persona que me habló de sexo en el Insti, fue la profesora de francés, la señorita Elisa A. Venía de Madrid y además de enseñarnos muy bien francés, compartió con nosotros largas conversaciones y nuestros primeros tintos con sus ricas tapitas en los diferentes bares de mala nota de la ciudad.

En una de estas conversaciones para explicarnos lo que para ella era el sexo (hablamos del año 1974) nos dijo: “El sexo es como pasar por delante de una pastelería, ves un pastel que te gusta, entras, te lo compras y...ya esta, te lo comes”.

No podéis imaginaros el flash que produjo esto en mi cabecita pues, aunque militante maoísta y posteriormente comunista, venia de una familia de cultura, tradición y educación judeocristiana y, por aquel entonces, yo no me podía imaginar el sexo sin amor y menos, ¡oh escándalo!, con dinero por medio.

Con más de treinta años de distancia, puedo saber algo de lo que por aquel entonces la señorita Elisa A. nos quiso decir .... Y por el recuerdo que tengo de ella creo que el sexo con “francés” incluido lo debía practicar bastante sin ninguna necesidad de pagar por ello (su aspecto de mujer con unas formas bastante relevantes, sus andares y sobre todo sus decires, transpiraban bastante salud y alegría de vivir). Yo soy de la generación que en la transición política en vez de tener los novietes y escuchar a los músicos de la época para bailar y organizar fiestas, estábamos leyendo a Mao, Hegel, Marx, Gramsci....o haciendo octavillas con la “vietnamita” para ir a embuzonarlas por las casas. Y el sexo, ¡uf!, muy maltratado y sobre todo, muy mal vivido. Con nuestros padres no podíamos contar para casi nada, tampoco para esto, y con las madres, al menos yo, menos; bastante tenían ellas con el temita, sin querer saber ni enterarse de nada. Cuando decidíamos el momento de empezar a tener relaciones sexuales debíamos ir a escondidas al planning más cercano o recurrir a las amigas enfermeras para conseguir las pastillas. Sí, de la generación de la liberación sexual, pero sin hablar de ello. ¿A quién explicabas que con 18 años aún no habías tenido relaciones sexuales?¿Y lo mal que te sentías? .¡Caramba!, no eras “la progre” que tus camaradas de partido y la propia policía pensaba y decía que eras. ¿Con quien hablar de todas las preguntas que te hacías, de si en la amistad hay sexo o de si te gustaban más los hombres, las mujeres o ......o simplemente para hablar de las personas que te gustaban?.

Murió Franco (en la cama). Algunos ya sabéis, estábamos en la dicotomía de ruptura o transición pactada, y los que hacia más tiempo que estaban sufriendo no tener derecho a la palabra, optaron por el pacto (una transición política para tener un sillón). Yo estaba por la ruptura, así que con el asombro de mis mejores amigos (que por cierto casi todos tuvieron sillón), con una amiga, me marcho a París para empezar con el sexooo.....la asignatura pendiente. Estando allí, ocurre lo del golpe del 23-F. Cómo yo soy como soy, digo a mi amiga – Tenemos de bajar a ayudar a los amigos- A lo que ella, sabiamente me responde – Donde mejor podemos ayudar a los amigos si hace falta es quedándonos aquí-.

Mi amiga se quedó más tiempo en Paris, yo echaba de menos mi querida Tarragona, su luz de septiembre y sobretodo el mar, así que volví con un parisino del que me había enamorado.

Resumiendo, y para no hacerme la plasta con mis incursiones en la política, pienso que sólo entiendo el sexo por dinero por necesidad de comprar el pan y el agua y, sobretodo, sin que medie la posición de superioridad social o la fuerza física.

Así que amigas y amigos: sexo por placer, sexo por dinero, sexo por el sexo, sexo por amor, amor sin sexo, amor sin dinero, amor con dinero....en fin: SEXO, perdón, SALUD, DINERO Y AMOR (sin ABUSO de PODERRRR).

 

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